domingo, 8 de julio de 2012

Argentina: "Feliz día de la Independencia"


La Declaración de Independencia
Por Gabriel Bertino
Presidente RC Montes de Oca

El 24 de marzo de 1816, luego de varios otros intentos, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, los representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se reunieron en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna, para tratar de solucionar una serie de problemas y conflictos que amenazaban gravemente la posibilidad de concretar la idea de una nueva Nación Libre.
El panorama reinante no era alentador, al contrario era demasiado oscuro y preocupante. Las provincias Unidas del rio de la Plata, estaban amenazadas gravemente desde todos los flancos:
Desde Europa la santa Alianza, promovía la restauración monárquica, combatiendo los nuevos planteos liberales y democráticos. El propio Rey Fernando VII, luego de escapar de las garras de Napoleón, quería retomar su reino y desde la capitanía de Chile y el Virreinato del Perú, sus ejércitos recuperaban el terreno perdido, mientras esperaban la llegada de los refuerzos que partirían desde España.
Además a todo ese panorama exterior, debíamos sumarle el desconcierto reinante en todas las provincias, debido a las fuertes luchas internas entre los diversos sectores que pugnaban por imponer criterios e ideologías antagónicas. Todo esto sin contar, las dificultades económicas, que debía afrontar un país naciente que se preparaba para la guerra.
Todo esto se puede observar claramente, si nos detenemos a observar  los distintos puntos del temario que el Congreso debía tratar:
·         Comunicación con todas las Provincias, para insistir en la necesidad de unión  y así enfrentar al enemigo externo.
·         Declarar la Independencia.
·         Discutir la forma de gobierno más conveniente para las Provincias Unidas.
·         Elaborar un proyecto de Constitución.
·         Y Preparar un plan para apoyar y sostener la guerra en defensa propia, proveyendo de armamentos a los ejércitos patriotas.
Dentro de este panorama totalmente desalentador, los congresales se sentaron a debatir. Luego de varias medidas y 3 meses y medio de sesiones, finalmente el 9 de Julio de 1816, El Congreso formalmente proclamo nuestra Independencia:  “Declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli.
Esta declaración de independencia, no fue una simple enunciación de deseos vacíos y etéreos lanzada al viento, fue un acto de madurez,  de coraje, de fe y esperanza, porque los congresales sabían con certeza, que esas palabras que estaban pronunciando en ese momento, deberían ser inmediatamente ratificadas con sudor y sangre;  que el camino elegido iba a ser muy difícil y que los iba a depositar en una lucha desigual contra un enemigo en superioridad de condiciones… pero igualmente con plena conciencia de las consecuencias, pronunciaron las palabras debidas.
Y más allá de los aniversarios y del contenido histórico de estas palabras que constituyeron la génesis de nuestro país. Nuestros próceres nos están recordando algo mucho más valioso con su conducta…nos están recordando que mucho más allá de los peligros y las inconveniencias, que mucho más allá de cómo se den las circunstancias, nuestra dignidad, nuestro destino  y nuestra libertad depende de nosotros.
Nos están recordando, que la buenaventura no se puede lograr sin ideales, sin coraje y sin compromisos, que tampoco sin participación o sacrificios se puede escribir la historia y sobretodo nos están recordando que a pesar de las grandes diferencias ideológicas que podamos tener, si  logramos unirnos  como pueblo y tratarnos como hermanos y compatriotas,  nuestro futuro está asegurado.
Y como dijo Jorge Luis Borges, en su oda a la Patria escrita en 1966

La patria, amigos, es un acto perpetuo
Como el perpetuo mundo.
Nadie es la patria, pero todos debemos
Ser dignos del antiguo juramento
Que prestaron aquellos caballeros...
Somos el porvenir de aquellos muertos...
Nuestro deber es la gloriosa carga
Que a nuestra sombra legan esas sombras
Que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos”.

¡Viva la Patria!!!!!

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